Desde hace un par de años, las cenizas de los difuntos pueden transformarse en diamantes para engarzar en joyas y llevarlas siempre con uno. La primera fue una empresa de Barcelona que extrae el carbono existente en las cenizas del fallecido para tratarlas a presiones muy altas hasta que se transforma en un diamante, un proceso que en la naturaleza tardaría cientos de años en producirse, artificialmente se logra en un mes y medio.
El diamante que se obtiene es único e irrepetible y puede extraerse de cenizas de hasta diez años de antigüedad. Los familiares pueden escoger entre joyas de 0’3 a 3 quilates y dependiendo de ellos el precio oscila entre los 3.600 y los 12.000 euros. Por otra parte y dependido de las características del carbono extraído de las cenizas el diamante puede tomar las tonalidades azules, o amarillas, además del tradicional blanco. Otra opción es la de grabar microscópicamente el nombre del fallecido en el propio diamante. Todos ellos cuentan con un certificado del Instituto Gemológico Suizo que garantiza su autenticidad.
La versión gallega
Para bolsillos menos holgados, una funeraria de Porriño, Funyserga ofrece desde hace unos meses joyas que contienen las cenizas de los seres queridos fallecidos. Existen tres modelos de colgantes realizados en plata al precio de 140 euros, un ángel, una rosa y una paloma de la paz. También existe la posibilidad de que la joya que contiene una parte de las cenizas del fallecido esté fabricada en oro en lugar de en plata, pero su coste asciende a más del doble.
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